Y no es por llevarle la contraria a mi amigo y colega (sí, colega tal y como lo define el drae en su primera definición) José Ángel, pero el comentario me viene de perilla para introducir esta entrada que llevaba tiempo esperando exponer.
Las imágenes nos presentan a dos jóvenes con un aspecto, diría yo, muy actual, muy del siglo XXI. Sin embargo para ser fieles a la realidad solo hemos de cambiar el palito y ponerlo entre las equis. Sí, estos caballeretes son del XIX, más concretamente de mediados del siglo XIX.
¿Qué es lo que les hace aparecer con un aspecto, un look tan actual?
Pues, depende de cada fotografía.
En esta primera imagen, aparte del peinado, el joven parece llevar un foulard o pañuelo al cuello y gafas de sol. Pero en realidad lo que lleva es una poblada barba por debajo de mandíbula y barbilla (muy de moda en los ciudadanos de bien norteamericanos de la época) y unas gafas negras exclusivas de los invidentes en aquel tiempo.
En esta segunda imagen, el peinado también es de corte actual y, además se une el hecho de estar fotografiado en camiseta interior (retratarse en ropa interior era impensable en un caballero) a su actitud indolente, ajena totalmente al fotógrafo (muy lógico si pensamos que sabía que iba a ser ahorcado en breve), y que no era propio de los retratos de la época en los que adoptaban posturas más solemnes, más envaradas.
Lewis Payne.
Autor: Alexander Gardner.
Washington (EEUU), 1865.
(Uno de los conspiradores en el asesinato de Abraham Lincoln antes de su ejecución.)
Entonces, os planteo la afirmación en forma de pregunta: ¿las caras de antes eran diferentes a las de ahora?