¡Trece días!
Sí, tan solo trece días le faltaron a Ramón Masats para que cumpliese hoy 93 años.
Este grandísimo fotógrafo falleció el pasado día 4.
Sirva pues esta entrada para homenajear merecidamente a uno de los grandes fotógrafos españoles del pasado siglo.
Fotógrafo humanista, de calle, supo captar como pocos la España que le tocó vivir con una mirada crítica y con una gran dosis de ironía.
Autor de icónicas imágenes que forman ya parte de la historia de la posguerra española.
Ramón Masats Tartera nació en Caldas de Montbuy, Barcelona
el 17 de marzo de 1931.
Su familia tenía un negocio de pescado y salazones que no gustaba especialmente a Ramón.
Su interés por el mundo de la fotografía comenzó realizando el servicio militar. Aburrido, descubrió la revista Arte Fotográfico.
Adquirió una cámara con el dinero que le sisaba a su
padre, hizo sus primeras fotos y se inscribió en el círculo fotográfico del
Casino del Comercio de Tarrasa.
Inició el camino del reportaje en 1953 con un
trabajo sobre Las Ramblas. Al año siguiente ingresó en la Agrupación
Fotográfica de Cataluña, compartiendo vivencias con colegas como Ricard Terré y Xavier Miserachs.
En 1957 se instaló en Madrid y recorrió España trabajando
como reportero para la revista Gaceta Ilustrada.
Junto a sus amigos tertulianos de la Real Sociedad
Fotográfica de Madrid, Gabriel Cualladó, Paco Ontañón, Leonardo Cantero, Joaquín Rubio Camín y Paco Gómez, creó el grupo
fotográfico La Palangana.
Este grupo de La Palangana -cuya última actividad se celebró en
1963- se alejaba de los criterios academicistas y del pictorialismo y se
acercaba al neorrealismo español. Aquellos fotógrafos pusieron su ojo en los
suburbios y fotografiaron lo que hasta entonces parecía que no existía.
En 1959 ingresó en el Grupo AFAL, creado en Almería siete años antes para modernizar el lenguaje fotográfico.
Liderado por Carlos Pérez Siquier, el colectivo ocupó un lugar central en la fotografía española de la época, oponiéndose al reaccionario panorama nacional de la posguerra.
Fue entonces cuando tomó una de sus más icónicas instantáneas, la que obtuvo en el Seminario Conciliar de Madrid en 1959, donde se muestra a un seminarista con sotana tratando de parar un gol; bajo los palos, el retratado no podía imaginar en ese momento lo trascendente de esa imagen, convertida luego en símbolo de una época.
Más tarde, Ramón reconocería que estaba harto de esta fotografía ya que todo el mundo se la mencionaba y pedía.
Entre 1958 y 1964 trabajó para diferentes revistas, como la mencionada Gaceta Ilustrada, Mundo Hispánico, Arriba o Ya, y expuso su trabajo tanto en exposiciones individuales como colectivas.
En 1960 recibió el Premio Negtor de fotografía.
En 1962 publicó el libro Neutral Corner, de la editorial Lumen, con textos de Ignacio Aldecoa. En 1963 editó Los Sanfermines con Espasa Calpe, por el que recibió el Premio Ibarra al libro mejor editado.
También expuso con el Grupo El Paso en la sala Biosca de Madrid.
En 1964 publicó Viejas Historias de Castilla la Vieja con Miguel Delibes, expuso con Carlos Saura en la galería Juana Mordó y realizó su primer documental Prado Vivo, que ganó el premio especial en Taormina.
En 1965 dirigió El que enseña, con el que ganó el
Premio Miqueldi de Plata en el Festival Internacional de Cine Documental y
Cortometraje de Bilbao.
Se alejó de la fotografía durante dieciocho años para dedicarse a la
realización de documentales para TVE, donde la temática general solían ser
los pueblos de España y sus costumbres, con series como Conozca
Ud. España, La víspera de nuestro tiempo, Los ríos, Si las
piedras hablaran...
Esta etapa culminó con un largometraje que llevó como título Topical
Spanish, con guion propio y del humorista Chumy Chúmez, protagonizada por
el grupo musical Los Iberos, Guillermina Motta, Victor Petit y José
Sazatornil.
En 1981 regresó a la fotografía y desde entonces publicó diversos libros,
realizó trabajos para empresas e instituciones, incluidos varios documentales
para la Exposición Universal de Sevilla de 1992, y múltiples
conferencias y exposiciones, tanto retrospectivas como de sus trabajos más
recientes, en salas como el Círculo de Bellas Artes, el Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía o la Real Fábrica de Tapices en
Madrid, el Palau de La Virreina en Barcelona, el Palacio de la
Magdalena en Santander, la Galería Marlborough de Madrid o las sedes
del Instituto Cervantes en diversas ciudades del mundo.
Comparado en muchas ocasiones con Cartier-Bresson, esos
comentarios no le molestaban en absoluto: "Ha sido mi maestro, para mí es
el jefe de la manada. Es lógico que la gente lo vea, es un halago que me lo
digan. No me parece un demérito, al revés", confesaba en una sus últimas
entrevistas en El Cultural.
En los primeros 2000 decidió colgar la cámara. Una decisión firme de la
que no se arrepintió nunca, como contaba en esa misma entrevista. Aunque
siguieron las exposiciones y su presencia en festivales como PHotoEspaña -que
le otorgó su premio principal en 2014- y en su galería madrileña Blanca Berlín
-donde pudimos verle por última vez en 2021- era habitual.
Falleció en Madrid el 4 de marzo de 2024.
Fuente: Wikipedia.
A través de esas fotografías, podemos conocer las costumbres y la forma de vida, de hace ya algunos años, en la que no falta también ,una buena representación del mundo rural,
ResponderEliminarFeliz domingo de descanso.
Una de las mejores características de Masats era precisamente retratar la realidad sin filtros, sin preparar previamente las imágenes. Captaba con mucho acierto todo lo que veía a su alrededor.
EliminarUn abrazo y feliz domingo!
La foto del casi gol en el Seminario, es de las más famosas e infaltable en cualquier antología fotográfica.
ResponderEliminarQué bueno que le dedicas este homenaje como obituario reciente.
No podía dejar de homenajearlo, Alí.
EliminarPara mí es uno de los mejores. Todo un referente de la fotografía española de posguerra.
El detestaba la foto del seminarista porque daba la sensación de que solo había hecho esa foto. Aunque también tenía fotos preferidas, como la de la mujer marcando su vivienda en Tomelloso.
¡Un abrazo, hermano!
A mi lo que más me ha gustado siempre de Masats ha sido sus fotografias del mundo rural español.
ResponderEliminarUn abrazo.
Siempre supo ver y retratar la realidad de ese mundo desde un punto de vista crítico pero con cierto sentido del humor.
Eliminar¡Un abrazo y feliz domingo!
Puede que sea, porque sus imágenes son de época vivida por mi, que cada una de ellas me cuenta una historia...hace poco estuve leyendo la historia del Padre Lino, que es el cura portero; y siempre me llamó también la atención de muchas de sus imágenes, lo bien que reflejaba las miserias de la posguerra en España.
ResponderEliminarUn placer siempre el leerte, amigo Enrique.
Un abrazo.
Un grande entre los grandes, Manuel. Aunque él siempre se quitase importancia, lo cierto es que sus imágenes de la posguerra nos dan una idea muy acertada de la realidad española de esos años.
Eliminar¡Feliz domingo!
Un abrazo.
Un hombre, genial, que supo captar las esencias de esa España "negra" que ya nadie parece recordar... Nos ha dejado un impresionante testimonio.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo
Es cierto, Ildefonso. Viendo el conjunto de su obra, cualquiera puede hacerse una idea muy ajustada de esa España difícil. Una España con más sombras que luces pero que el supo retratar con grandes dosis de ironía, humor y optimismo.
Eliminar¡Feliz domingo!
Un abrazo.