Tal día como hoy, 29 de noviembre, nació hace 93 años, en Sudáfrica, David Goldblatt, considerado por muchos como “el padre de la fotografía sudafricana” y gran influencia para las nuevas generaciones. Conocido por su personal interpretación de Sudáfrica durante el período del apartheid.
Lo que diferencia la obra de Goldblatt de la de otros
artistas anti-apartheid es que fotografió temas que iban más allá de los
acontecimientos violentos del apartheid y reflejaban las condiciones que
condujeron a ellos.
Sus formas de protesta tienen una sutileza de la que pueden carecer las
fotografías documentales tradicionales: "Mi desapasionado trabajo era una
actitud en la que intentaba evitar juicios fáciles... Esto dio como resultado
fotografías que parecían desconectadas y apolíticas, pero que en realidad pretendían
todo lo contrario", decía Goldblatt.
de Mayfair, Johannesburgo. 1952
Johannesburgo. 1966
Ciudad del Cabo. 1986
Goldblatt nació en Randfontein, provincia de
Gauteng y era el menor de los tres hijos de Eli y Olga Goldblatt.
Sus abuelos llegaron a Sudáfrica procedentes
de Lituania alrededor de 1893, huyendo de la persecución de los
judíos que allí se estaba produciendo.
El padre de Goldblatt tenía una tienda de ropa y su madre trabajaba como
mecanógrafa para una empresa textil.
Goldblatt asistió a la escuela secundaria Krugersdorp y se graduó en comercio por
la Universidad de Witwatersrand.
Comenzó a fotografiar cuando era un
adolescente. Obtuvo su primera cámara, una Contax alemana dañada,
comprándosela a su hermano que la trajo a casa tras servir en la Segunda Guerra
Mundial.
Creció con la omnipresencia de las minas de su zona y con los paisajes y
sonidos que le devolvían: su aspecto duro y áspero, la música que cantaban los
trabajadores.
Sudáfrica era un lugar donde la población negra construía los
cimientos del país, donde la minoría blanca era propietaria, legisladora y
explotadora.
Las minas como temática volverían más tarde a su trabajo, cuando
la fotografía ya era su profesión e incluso lo llevó a colaborar con la
escritora y ganadora del Nobel Nadine Gordimer.
Aunque sus primeras fotografías no fueron innovadoras, comenzó a trabajar para
un fotógrafo de bodas: "Me colgaba varias cámaras alrededor del cuello
para que pareciera muy profesional, y mi trabajo era asegurarme de que ningún
invitado con una buena cámara obtuviera una buena fotografía. Tenía que chocar
o caminar delante de ellos en el momento crítico para que mi jefe fuera la
única persona que terminara con buenas fotografías”.
Cuando, en 1948, el Partido Nacional entró en el poder e implantó las
bases de lo que sería el apartheid, él aún no había cumplido 18 años. Era
autodidacta y aprendía gracias a un libro del fotógrafo
norteamericano Ansel Adams.
La mayoría de dirigentes de ese partido
también habían servido en la guerra, combatiendo contra Hitler y el
nacionalsocialismo, pero eran extremadamente racistas y, aún más sorprendente,
también antisemitas. Esta circunstancia dificultó el trabajo de David en sus inicios.
Un par de años más tarde, en 1963, a medida que desarrolló sus habilidades,
vendió la tienda de ropa que había adquirido tras la muerte de su padre en 1962
y se convirtió en fotógrafo a tiempo completo.
primer ministro y líder del partido, Hendrik Verwoerd
después del servicio dominical. 1968
Wheatlands, Randfontein. 1962
David Goldblatt es un fotógrafo esencial, sin el que no
sería posible comprender totalmente la época del apartheid. Utilizó el
privilegio legal que era la libertad de movimiento para tomar instantáneas de
los dos mundos, el blanco y el negro, en los que estaba dividida la sociedad
sudafricana.
A lo largo de sus años como fotógrafo, Goldblatt nunca se vio a sí mismo como
un artista y se sentía incómodo que lo vieran como tal. Muchos coinciden
en que fue más documentalista que artista.
Tenía un enfoque innovador de la fotografía documental. Se dedicó a
fotografiar las cuestiones que iban más allá de los acontecimientos
del apartheid y documentó las condiciones que condujeron a ellos.
Goldblatt asistía a las inauguraciones de exposiciones, pero en secreto odiaba
la atención que le prestaban. Se libró de la etiqueta de artista
llamándose simplemente fotógrafo. Dijo: "Soy un autoproclamado
observador y crítico de la sociedad en la que nací, con una tendencia a
reconocer lo que se pasa por alto o no se ve".
La fotografía de Goldblatt no tenía obviamente una carga política. Afirmó
que no era un activista, a diferencia de la mayoría de sus amigos y otros
fotógrafos de esa época y, en lugar de producir fotografías que pudieran
"intentar emitir un juicio", Goldblatt optó por "mostrar la
complejidad de una situación".
Las representaciones de lo cotidiano son frecuentes en la
obra de Goldblatt. Optó por no fotografiar la violencia explícita de la
Sudáfrica del apartheid, sino que prefirió documentar la violencia que se
manifestaba en la vida cotidiana: "Evito la violencia. Y no sabría cómo
manejarla si fuera un fotógrafo en un entorno violento".
Durante el apartheid documentó los insoportablemente
largos e incómodos viajes en autobús dos veces al día de los trabajadores
negros que vivían en las "patrias" segregadas al noreste de Pretoria.
Las condiciones para los trabajadores no habían cambiado mucho en 2007:
"La mayoría de las personas que viven allí todavía tienen que viajar a
Pretoria por carretera. Sigue siendo un viaje muy largo para ellos cada día: de
dos a ocho horas... Se necesitarán generaciones para deshacer las consecuencias
del apartheid".
En la década de 1970, Goldblatt documentó una de las muchas injusticias del gobierno sudafricano del apartheid en una serie de fotografías de casas, tiendas y otros tipos de arquitectura en Pageview, un suburbio de Johannesburgo.
En la obra que Goldblatt creó durante el apartheid nunca
fotografió en color. Goldblatt observó que "el uso del color durante
el apartheid habría sido inapropiado, habría realzado lo bello y lo personal,
mientras que las fotografías en blanco y negro documentarían más efectivamente
las dramáticas contradicciones externas que definieron este período
anterior".
En la década de 1990 comenzó a trabajar en color, adaptándose en cierto sentido
a la era digital . "La incursión en el color me ha parecido
bastante emocionante... en gran parte porque la nueva tecnología me ha
permitido trabajar con el color en la computadora como lo hacía con el blanco y
negro en el cuarto oscuro".
Después de fundar el Market PhotoWorkshop en Johannesburgo en 1989, Goldblatt no apartó a ningún fotógrafo,
ya sea famoso o en apuros, de su puerta. Siempre fue accesible para todos
sin importar quien, incluso en su vida posterior.
Ligado a la Goodman Gallery, fue el primer fotógrafo sudafricano en
exponer individualmente en el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York.
En 2001 recibió el título de doctor honorario en
Artes por la Universidad de Ciudad del Cabo y en 2008 en
Literatura por la Universidad del Witwatersrand de Johannesburgo.
También ha recibido numerosos premios como el Premio Internacional de la
Fundación Hasselblad o el premio de la fundación Henri
Cartier-Bresson.
Su obra se puede encontrar en las colecciones de diversas
instituciones como la South African National Gallery de Ciudad
del Cabo, la Biblioteca Nacional de Francia, el Museo de Victoria y
Alberto de Londres o el Museo Nacional Danés de Fotografía.
Goldblatt murió de cáncer el 25 de junio de 2018 en Johannesburgo, a la edad de 87 años, sin haber soltado la cámara. Sus lentes siguieron captando las contradicciones de la sociedad post-apartheid.
“Fotografié para mis compatriotas, para otros sudafricanos
como yo, negros y blancos (…) con la esperanza de que, a partir de estas
fotografías, se dieran cuenta de su propia locura».
David Goldblatt.
Fuente: Wikipedia
Impresionante su galería de imagenes... La vida late en ellas...
ResponderEliminarUn saludo
Goldblatt siempre intentó mostrar con sus imágenes la parte menos violenta de Sudáfrica. Creo que lo consiguió. Y a través de esas fotografías está presente el drama del apartheid.
EliminarUn saludo, Ildefonso.
Por más que fotografíe lo cotidiano, el entorno antagónico se deja colar
ResponderEliminarEra difícil vivir en Sudáfrica sin implicarse. Imposible no reflejar la diferencia durante el apartheid, Alí.
EliminarUn abrazo!