Piergiorgio Branzi nace en Signa (a quince kilómetros de Florencia) un 6 de septiembre de 1928.
En sus primeros años, en Florencia, Branzi no estaba destinado a convertirse en fotógrafo. De hecho, trabajaba en la librería de su padre y estudiaba derecho cuando un encuentro casual con una exposición cambió el curso de su vida.
"En 1952, me inscribí en la universidad para estudiar derecho cuando la primera exposición itinerante de Henri Cartier-Bresson llegó a Florencia", dice Branzi.
"Nunca me había interesado la fotografía, pero fue como
ir al cine por primera vez. Las fotos que constituían el núcleo esencial del
trabajo de Cartier-Bresson eran sobre la India, el funeral del Rey de
Inglaterra...
Salí de la exposición y compré una cámara. Pensé que este era un nuevo idioma.
En cierto sentido es como cuando se creó la computadora o el teléfono móvil; esta
nueva tecnología encendió una pasión en mí interior".
Como pionero del fotoperiodismo italiano, Piergiorgio Branzi, captó un momento crucial en la historia europea tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
Después de ver algunas fotografías del Tíbet del famoso etnógrafo Fosco Maraini, Branzi estaba intrigado sobre el estado de su propio país, que nunca había podido recorrer debido a la guerra.
En 1955, convenció al hermano de su futura esposa, que era entusiasta de la motocicleta, de viajar con él por el sur de Italia en una MotoGuzzi500 para ver cómo había transformado la Segunda Guerra Mundial esta sociedad agraria.
Realizan un largo viaje por las regiones de Abruzzo, Molise,
Puglia, Basilicata, Calabria y Campania. También viajan por zonas de la región
véneta.
Retrato del fotógrafo Alfredo Camisa
A continuación realizó viajes a Grecia y España, donde se inspiró en la literatura y en la idea de una sociedad que había sido tan similar a Italia, pero que no se vio arrastrada a la guerra.
Lo que consiguió en esos viajes fue un trabajo pionero, que mostró una sociedad que muy pocos habían visto. Eran imágenes en las que Branzi intentaba penetrar en esa sociedad, convirtiéndose en parte de su tejido en lugar de mantener la distancia.
Colaboró con la experiencia editorial de Il Mondo de Mario Pannunzio, retratando con sus fotografías el nacimiento de la sociedad de masas, la nueva burguesía de posguerra y el gradual proceso hacia una sociedad consumista.
En Italia, a diferencia de Francia o Estados Unidos, el fotoperiodismo todavía era relativamente nuevo, y había pocos medios para publicar su trabajo. Sin embargo, Branzi perseveró y se hizo ampliamente conocido en el extranjero.
Y más tarde, incluso conoció a su inspirador original, Cartier-Bresson, tras tomar un tren a París y llamar a las puertas de las oficinas de Magnum. Allí, fue recibido por el propio maestro, quien se tomó tiempo para mirar el trabajo del joven fotógrafo y darle aliento y consejos.
A finales de los años cincuenta, después de haber abandonado los estudios de Derecho, se centró más en el periodismo escrito abandonando progresivamente la fotografía.
A principios de los sesenta fue contratado por la RAI y en 1962, el director
del Telegiornale lo envió como corresponsal a Moscú.
En 1966 deja Moscú para acudir de corresponsal a París y dos años después
retorna a Italia como presentador del Telegiornale en Roma, realizando trabajos
de investigación y documentales en Europa, Asia y África.
Fue director de la delegación de la RAI en Florencia durante las décadas de los setenta y ochenta, volviendo a la fotografía a mediados de los años noventa.
Se realizan con gran éxito numerosas exposiciones de su obra tanto en galerías privadas como en museos e instituciones públicas.
Falleció en Campagnano di Roma el día 27 de agosto de 2022.
Fuentes:
- Wikipedia
- Cultura inquieta
Esto es de lujo,mi hermano. Desde ya, te digo que, espero en Dios que en los próximos meses pueda hacer una entrada acerca de tu blog, con muchas de estas fotos,para que los seguidores de tigrero te sigan también a ti. Por cierto, dejé un comentario en tu entrada acerca de la fotógrafa japonesa.
ResponderEliminarHola, Alí.
EliminarEspero que te gusten esta y todas las entradas que han de venir.
Un abrazo.