Hay muchas
clases de retratos.
Estos son especialmente significativos porque están realizados en uno de los peores momentos del fotografiado.
Las fichas policiales o Mugshots nos presentan, en la mayoría de los casos, unos rostros especialmente castigados y muy diferentes a los retratos de estudio de la época. Quizás por eso me resulten tan interesantes.
Estos son especialmente significativos porque están realizados en uno de los peores momentos del fotografiado.
Las fichas policiales o Mugshots nos presentan, en la mayoría de los casos, unos rostros especialmente castigados y muy diferentes a los retratos de estudio de la época. Quizás por eso me resulten tan interesantes.
Cicerón afirmaba
que la cara es el espejo del alma. ¿Tendría razón?
Harry Davies. 33 años. Albañil.
Esta primera
serie corresponde a personas detenidas en Birmingham (Inglaterra) por
borrachera y escándalo público en 1903 y 1904.
Mary Cooper. 36 años. Prostituta.
Joseph Allsopp. 24 años. Obrero.
James Doyle. 39 años. Albañil.
Alice Loxley. 34 años. Vendedora ambulante.
Benjamin Bloxsidge. 36 años. Barquero.
Alice Tatlow. 25 años. Prostituta.
David Addicott. 35 años.Representante electoral (comprador de votos).
Charlotte Humphries. 42 años. Pulidora.
Thomas Riley. 22 años. Acemilero.
Eliza Cowley. 26 años. Prostituta.
Richard "Dirty Dick" Fleming. 40 años. Vendedor ambulante.
Emily Jane Parrish. 44 años. Criada.
Matthew Moran. 32 años. Mecánico.
Eliza Fallon. 38 años. Prostituta.
Walter Harrison. 62 años. Zapatero.
William Hughes. 61 años. Mozo de caballos.
Minnie Osborne. 38 años. Criada.
Thomas Wall. 31 años. Herrero.
Tamara Edwards. 32 años. Ama de casa.
George Allen. 34 años. Vendedor ambulante.
William Tustin. 37 años. Obrero.
La segunda serie
corresponde a delincuentes juzgados y condenados en Dorset (Inglaterra) hacia
1890-1900.
George Gotobed. 32 años.
Condenado a cuatro meses de trabajos forzados por robar un pato.
Condenado a cuatro meses de trabajos forzados por robar un pato.
George Parkinson. 20 años.
Condenado a cinco meses de trabajos forzados por robar un cerdo.
Condenado a cinco meses de trabajos forzados por robar un cerdo.
Annie Wilson.
Condenada a seis meses de trabajos forzados por robo.
Condenada a seis meses de trabajos forzados por robo.
Elizabeth Dowell.
Condenada a seis meses de trabajos forzados por perjurio deliberado.
Frank Treviss.
Condenado a ocho meses de trabajos forzados por robar harina de trigo.
John Gliddon. 37 años.
Condenado a nueve meses de trabajos forzados por fraude.
Sarah Edith Westwood. 52 años.
Condenada a cinco años de cárcel por robos continuados
de jerez, galletas y cerveza negra.
Frederick George Bull.
Condenado a siete años de cárcel por sodomizar a un caballo.
William Parsons. 34 años.
Condenado a veinte años de cárcel por incendiar deliberadamente
el granero de su vecino.
Seguro que ninguno de ellos fue objeto de las investigaciones de Sherlock Holmes.
ResponderEliminarUn saludo.
No se yo. La época coincide. Igual Doyle se baso en alguno de estos individuos para crear algún personaje.
EliminarAbrazos!!
Son retratos muy representativos de una determinada clase; tienen más aspecto de infelices, pobres, “menos favorecidos” de como de “malos”. Impresiona el envejecimiento prematuro de casi todas estas personas.
ResponderEliminarAbrazos!
Efectivamente, una de las cosas que más me sorprenden, enAteneo, es que los rostros no parecen corresponderse con la edad.
EliminarPertenecían a los estratos más bajos de la sociedad. Vidas muy difíciles.
Abrazos!!
En la mayoría de los casos se ve que el alcohol ha hecho estragos en esos rostros castigados, desencajados, de torva mirada... Se ve que corresponden al selecto club de los perdedores.
ResponderEliminarY como perdedores que eran, Cayetano, buscaban en el alcohol una salida a ninguna parte.
EliminarAbrazos!!
Algunos de los personajes que aparecen en estas fichas policiales llevan los surcos profundos del dolor y de la pobreza, de la dureza de las calles, pero no todos ellos reflejan esos delitos de los que se les acusaban. A veces los prejuicios hacen suponer fechorías a gentes con una cara determinada, pero a veces son meras suposiciones. A lo mejor algunos de ellos fueron acusados injustamente...
ResponderEliminarUn saludo
Es verdad, Carmen. Las caras reflejan lo duras que son sus vidas más que ser unos delincuentes.
EliminarAdemás las fotografías no les pillaban en su mejor momento. En un estudio de fotógrafo y bien aseados y sonrientes seguro que parecerían otros.
Abrazos!!
Muy buenas las fotografías que tienes por aquí.
ResponderEliminarhttp://globalbroker.es
Gracias!
Eliminar¡Menos mal que no encontraste la mía! jejeje
ResponderEliminarTremendas fotos, hay mucho dolor en esos rostros. Algunos todavía parecen seguir borrachos, pero hay dos que parecen realmente iracundos: William Parsons y Emily Jane. No había visto nunca el método de la segunda tanda, con el espejo y mostrando las manos.
Un abrazo, Enrique
Jeje. Sí, más de uno parece que estaba aún en los brazos de Baco cuando los fotografiaron.
ResponderEliminarRespecto de las fotos donde muestran las manos, por lo visto era práctica habitual a principios de siglo.
Era común que faltasen tanto dedos como manos enteras en los delicuentes de la época. Era un dato muy significativo y, evidentemente, difícil de disimular.
En las fichas, además, hacían una descripción pormenorizada de los defectos físicos y tatuajes.
Abrazos!!
Gracias por compartir estos retratos!
ResponderEliminarGracias a ti, Mireia, por pasar y comentar.
EliminarAbrazos!