[viene de Izis, fotógrafo de posguerra (I)]
White Chapel.
Londres, 1950.
White Chapel.
Londres, 1950.
París, 1950.
París, 1950.
Puerto viejo de Marsella, 1950.
Feria.
París, hacia 1957.
Feria.
París, hacia 1957.
París, hacia 1959.
Roland Petit haciendo bailar sus dedos con los pasos de baile de su
ballet surrealista La croqueuse de diamants
Para todas las fotografías:
Se acabó la pesadilla de la guerra y de la ocupación. Ahora es tiempo de esperanza. La vida y la alegría van volviendo poco a poco a las calles, aunque haya que hacer equilibrios en la cuerda floja como ese funambulista o ese anciano de la caña intente pescar algún recuerdo de su juventud en el Sena...
ResponderEliminarPor cierto, hablando de la imagen del hombre con su caña. Fíjate en lo que está haciendo: ¡Dios mío, parece que está mandando un mensaje con el móvil! Jejeje.
Un saludo.
Qué extraño es. Algunas de sus imagenes parecen visiones oniricas, mientras que otras parecen tremendamente realistas, como la de los arbolitos.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Este fotógrafo era un monstruo de la imagen. He quedado pasmada con el movimiento que sugieren las imágenes dedicadas a la feria y la seriedad de ciertas estampas que nos enseñas, la tranquilidad que desprenden muchas de ellas y a la vez su fuerza.
ResponderEliminarSaludos
Un auténtico maestro. Coincido plenamente con Carmen y con Madame: y, además, se maneja perfectamente en los dos registros.
ResponderEliminarGracias por descubrírmelo.
Abrazos, Enrique
Eso es lo que quería reflejar Izis con sus fotos: la esperanza de una vida mejor después de la guerra. Él lo pasó muy mal en ella.
ResponderEliminarAbrazos, Cayetano.
Pd: Sí que parece que esté trasteand un móvil, sí.
Impresionante. Me ha gustado mucho la percepción de Madame acerca de las visiones oníricas pero despuès de mirar mucho la secuencia también pienso que tiene bastante que ver con la manera en que tú has ordnado la foto como si ese hombre que en la primera foto sopla las pompas de jabón nos diera la bienvenida con su gesto a un mundo propio donde conviven realidad y fantasía, gravedad y ligereza...Me cuesta decidir...me quedo con la esperanza que suponen los niños equilibristas aún en la cuesta arriba de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo, Enrique
Tiene imágenes extraordinarias, madame. No se limitaba a fotografiar lo que veía como un corresponsal. Miraba de manera especial.
ResponderEliminarAbrazos para este sábado.
Tienes razón, Carmen. Sabe combinar distintos estilos de imágenes sin que pierdan fuerza expresiva.
ResponderEliminarAbrazos.
De nada, Xibeliuss. Yo también lo descubrí hace poco, tres o cuatro años. Y la verdad es quie me sorprendió que no fuese más popular.
ResponderEliminarAbrazos.
Sí, Almalaire. Yo también estoy de acuerdo con Madame. Sabe llegar al espectador con todo tipo de imágenes.
ResponderEliminarComo ya imaginarás, la primera foto tampoco está ahí por casualidad. Es una invitación a las otras escenas.
Un abrazo.