(viene de La carga de la brigada ligera.)
Está aceptado que la fotografía de guerra se inició en Crimea. Y Roger Fenton es considerado por la historiografía como el primer reportero fotográfico, aunque con su trabajo se hablara de reportaje de la “falsa guerra”, pues no aparecían muertos en las imágenes que se publicaron.
En 1855 Fenton marchó a la Guerra de Crimea por encargo del editor Thomas Agnew para fotografiar a las tropas, con un ayudante de fotografía, un sirviente y un amplio equipaje. Fue financiada por el Estado a cambio de que no mostrara los horrores que provocan los conflictos bélicos, así conseguía que los familiares de los soldados y la ciudadanía no se desmoralizaran.
Está aceptado que la fotografía de guerra se inició en Crimea. Y Roger Fenton es considerado por la historiografía como el primer reportero fotográfico, aunque con su trabajo se hablara de reportaje de la “falsa guerra”, pues no aparecían muertos en las imágenes que se publicaron.
En 1855 Fenton marchó a la Guerra de Crimea por encargo del editor Thomas Agnew para fotografiar a las tropas, con un ayudante de fotografía, un sirviente y un amplio equipaje. Fue financiada por el Estado a cambio de que no mostrara los horrores que provocan los conflictos bélicos, así conseguía que los familiares de los soldados y la ciudadanía no se desmoralizaran.
Puerto de Balaklava.
Muelle de Artillería. Balaklava.
Fenton desembarcó con su carromato junto a su ayudante Marcus Sparling a principios de marzo en Balaklava. Llevó cinco cámaras, más de setecientas placas de cristal, repartidas en treinta cajas que, a su vez, para más seguridad y amortiguar los golpes, se guardaban en otra caja de madera más grande, varios cajones de productos químicos, un alambique, cubetas y, sobre el techo del furgón, dos cisternas, una con agua destilada y otra con agua ordinaria.
Laboratorio fotográfico ambulante con Marcus Sparling.
Fue un trabajo muy duro para Fenton ya que debido al calor, parte del material fotográfico se inflamaba y además obligaba a los soldados a permanecer en poses durante varios segundos a pesar de las altas temperaturas. A pesar de la climatología, de fracturarse varias costillas y sufrir el cólera, consiguió hacer 350 negativos útiles de gran formato.
Corneta Henry John Wilkin del 11º de húsares.
Mayor Halford del 5º de dragones.
Dos sargentosdel 4º de dragones.
Con estas condiciones de trabajo, en escenarios llenos de pólvora y humo tratándose de materiales fotográficos aún demasiado frágiles para ellas, a Fenton solo le quedaba el retratar las huellas dejadas en el campo de batalla.
El Times llegaría a escribir: “El fotógrafo que sigue la senda de los ejércitos modernos debe conformarse con las condiciones de reposo y con la naturaleza muerta que queda cuando el combate termina”.
El Valle de la Sombra de la Muerte.
Si hasta entonces lo pintores románticos habían mostrado en campo de batalla en todo el fragor de la batalla, el movimiento, la fuerza de los combatientes, las imágenes de Fenton por el contrario resultaban demasiado frías y descriptivas.
Campamento del General Bosquet.
General Bosquet.
Teniente General Barnard.
Según Susan Sontag, en su obra “Ante el dolor de los demás “(2003), Fenton fue enviado a la Guerra de Crimea como el primer fotógrafo oficial de guerra por insistencia del Príncipe Alberto.
Las fotografías producidas serían utilizadas para contrarrestar la aversión general del pueblo Británico a una guerra impopular, y para compensar los relatos antibelicos de The Times.
Las fotografías producidas serían utilizadas para contrarrestar la aversión general del pueblo Británico a una guerra impopular, y para compensar los relatos antibelicos de The Times.
Mujer en la Guerra de Crimea.
Capitán Thomas Dames Longworth.
Para todas las fotografías:
Autor: Roger Fenton.
Crimea (Ucrania), 1855.
Monsieur, lo del laboratorio fotografico sobre ruedas esta genial. Un poco rustico, pero bueno, muy revolucionario para su epoca, atravesar un territorio que ya era bastante hostil sin esas complicaciones adicionales. Toda una osadia. Pero el fotografo era hombre de los capaces de partirse varias costillas con tal de lograr la imagen.
ResponderEliminarPero me he partido con el corneta vestido de husar, con ese plumon en el gorro que es mas grande que el.
Buenas noches, monsieur
Bisous
Buenas noches, madame.
ResponderEliminarSí que fue arriesgada la aventura. Hasta el punto que el techo del carromato quedó destrozado en una ocasión por un proyectil. Afortunadamente no afectó al equipo.
Abrazos.
Enrique, cómo me impresionan estas fotos. Mira, me quedo con El Valle de la Sombra de la Muerte.
ResponderEliminarMe sobrecoge tanta soledad.
Un abrazo.
Muy buena elección, Carolina. Es una de las fotos más famosa porque recoge lo que fue la batalla sin mostrar ni un solo cadáver.
ResponderEliminarAbrazos.
El color sepia de las fotos que saben a viejo, al pasado... me producen mucha nostalgia. Desoladora la foto El Valle de la Sombra de la Muerte.
ResponderEliminarUn abrazo Enrique
Si fue enviado según cuenta Sontag para popularizar una guerra que no gustaba al pueblo británico, parece claro que seguramente logró lo contrario. De cualquier manera, merece la pena tener un testimonio tan remoto en el tiempo, tan real descarnado; alejado, como bien dices, de las imágenes bélicas idealizadas por algunos pintores.
ResponderEliminarMe gusta la imagen del general en la silla, alomejor por nostalgia. En las fotos viejas del servicio militar de mi abuelo y de su padre siempre aparecen vestidos con el uniforme nuevo y al lado de una silla, pero están de pie. No se si lo de sentarse era patrimonio de los generales :)
ResponderEliminarSaludos
No cabe duda de que desempeñó su trabajo de una manera excelente. En unas condiciones pésimas y con varios problemas de salud logró retratar la guerra.
ResponderEliminarEso sí, de una manera más "light", como le habían pedido...
Un saludo!
Unas fotos increíbles, la "El Valle de la Sombra de la Muerte" es mi favorita aunque tengo que admitir que la "El Laboratorio fotográfico ambulante" no se queda atrás. Felicitaciones por este blog tan fascinante.
ResponderEliminarAy, creo que ni aún hoy existe un estado al que le interese que la guerra se vea tal cual es. Están mejor los cuadros heróicos o los poemas épicos. En las batallas al final siempre muere alguien, que tiene padres o hijos, o las dos cosas.
ResponderEliminarA pesar de todo, honra a Fenton, que logró sacar adelante un trabajo que hoy maravilla.
Abrazos
Ojalá las hubiese encontrado todas en sepia, Arena. A mí es un virado que me gusta especialmente.
ResponderEliminarCuando aprenda a tratar las imágenes con Photoshop quizás lo haga. Pero solo con algunas. Me gusta dejarlas tal y como las escaneo o las encuentro en la red.
Abrazos.
Una historia interesántísima, Enrique.
ResponderEliminarGeneralemente la fotografía bélica, e incluso el cine bélico no es la que más me interesa.
Sin enbargo la historia que cuentas en las dos entradas me parece estupenda, por lo curioso del traslado del equipo y el momento en el que ocurre, que la reviste de un algo especial.
En cuanto a la petición del estado, estoy de acuerdo con Xibeliuss, dudo de que los reportajes actuales no estén influídos por los intereses de alguien.
Estupendo trabajo y magníficas fotogreafías, Enrique.
Bienvenido, Charles de Batz.
ResponderEliminarRoger Fenton no logró su objetivo porque sus imágenes no llegaron más que a una minoría de gente que visitó las exposiciones de las fotos. La mayoría de la población seguía sabiendo de la guerra por las crónicas (terribles crónicas) de los periódicos.
Saludos.
Es posible, Almalaire, es posible.
ResponderEliminarA lo mejor sentarse era solo privilegios de general. Jajaja!
Abrazos.
Sí, Pablo, su trabajo fue impecable pero, desgraciadamente no se le dio la difusión que merecía y por ello no se consiguió el objetivo que pretendía el Estado.
ResponderEliminarSaludos.
Coincido contigo, Sir John, esas dos fotos son también de mis favoritas. Además de ser de las más conocidas.
ResponderEliminarSaludos.
Sí, Xibeliuss; Fenton hizo su trabajo como un profesional. Una pena que no se difundieran las fotografías (ni se vendieran) como él hubiese querido.
ResponderEliminarNo tuvo suerte con la fotografía.
Abrazos.
A mí, Jürgen, lo que más me gusta es la fotografía de personas. El aspecto bélico me preocupa bien poco. Pero hay que reconocer que en las guerras sale lo mejor y lo peor de las personas y eso se refleja en las fotos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
Abrazo.
El valle de la sombra de la muerte, menudo lugar y el documento es exacto e impresiona mucho.
ResponderEliminarLos colores de las fotos nos trasladan directamente al momento y su época.
Gran trabajo.
Hombre, parece que estamos en una guerra de soldaditos de plomo, la verdad. Todos tan uniformados, con podes altivas y marciales, dan una impresión equivocada, más de estudios que de plena campaña. Imaginamos que los soldados de a pie estarían heridos, sufrientes, famélicos y sucios. Pero aquí sólo se ven los altos mandos, sin una mancha en el uniforme.
ResponderEliminarUn besito
Aunque más dramáticas son las fotos de de la Guerra de Seseción Norteamericana...Debe ser por lo que dices, ese deseo enfermizo de ver las imágenes de los cadáveres en medio del campo ¿verdad?
ResponderEliminarMe imagino al Marcus preparao, enchufando la cámara a un grupo de soldaos, y pidiéndoles que no se muevan, mientras se aproxima una bomba del enemigo, je, je...
ResponderEliminarTiene mérito la cosa.
Hola Enrique, extraordinarias fotos.
ResponderEliminarLa del laboratorio esta genial. Felicidades por tu trabajo.
Un abrazo Isthar
Hola a todos.
ResponderEliminarHe estado ausente y por ello no os contesto antes.
Carla: La fotografía del Valle es desde luego impresionante. Aunque, como con tantas otras fotos, lleva aparejada la polémica de si fue una foto prefabricada llevando hasta allí las bolas de cañón. Teoría bastante descabellada por el peso de las bolas.
Abrazos.
Carmen: Sí, desgraciadamente las clases se notan sobre todo en las guerras. La tropa seguro que no iba tan limpia ni uniformada. Y el resto, solo para la foto porque las crónicas del principio de la guerra eran demoledoras en aspectos como higiene y sanidad.
Un abrazo.
Alí: Las fotos de la Guerra de Secesión presentan multitud de muertos y heridos, es verdad. Primero porque los fotografos no tenían instrucciones previas como Fenton y por otro lado, hubiese sido absurdo porque la población vivía la guerra en casa
Abrazos.
Antón: Se te nota la influencia de los cómics. Bueno, en tu caso de los tebeos. Humor negro.
Un abrazo.
Isthar: Gracias siempre por tus visitas y comentarios. La foto del carromato de Fenton es de mis favoritas.
Abrazos.
hola enrique, espectaculares fotografias. eso del carrito ambulante me llamo la atencion. interesante todo lo que muestras en este blog. mucho exito.
ResponderEliminarantonio