Pierre Petit consiguió a lo largo de su carrera ser nombrado fotógrafo oficial de diversas instituciones. Una de ellas, quizás la más curiosa, fue la de Fotógrafo oficial del Episcopado francés.
Para efectuar este trabajo viajó por toda Francia realizando retratos a multitud de clérigos y miembros destacados de todas las órdenes religiosas.
Ser contabilizan más de veinticuatro mil retratos de eclesiásticos con su firma.
Sacerdotes católicos.
Sacerdotes católicos.
Dominico.
Monseñor Giuseppe Valerga. Patriarca de Jerusalén.
Monseñor Henri de Bonnechose. Arzobispo de Rouen.
Monseñor Latour. Arzobispo de Auvernia.
Monseñor Chalandon. Arzobispo de Aix-en-Provence..
Abate Deguerry.
Obispo de Arras.
Obispo católico.
Monseñor Lecourtier. Obispo de Montpellier.
Monseñor Plantier. Obispo de Nimes.
Monseñor Vibert. Obispo de Maurienne.
Para todas las imágenes:
Autor:Pierre Petit.
Francia. De 1860 a 1869.
Se nota que fue un profesional, porque todas las fotos le salieron divinas. Al menos, las de esta serie.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aunque, a juzgar por algunas caras, estaban bastante lejos de ser hombres santos.
EliminarAbrazo!
Vaya empacho que pilló con tanto personaje oscuro. El blanco y negro les va muy requetebién.
ResponderEliminarSu maestría logra sacar al exterior el carácter y los vicios ocultos de muchos de ellos. Una vez más, parece que la cara es el espejo del alma.
Siempre es un placer pasarse por esta página.
Un saludo.
Gracias, Cayetano. Y para mi un placer que me visites.
EliminarSi, como dicen, la cara es el espejo del alma,...menuda pandilla!
Abrazos!
Pues es una curiosa especialización. Como no le gustara mucho su trabajo, tuvo que aburrirse un poco entre tanta sotana.
ResponderEliminarFeliz día, monsieur.
Bisous
Imagino que le encantaría su trabajo de fotógrafo.
EliminarY además estaba bien pagado. Compensaría un posible aburrimiento. Jeje.
Abrazos, madame!
¡Urgh! ¡24.000! Debo reconocer que me agobia tanto clero junto :)
ResponderEliminarMe gusta especialmente el patriarca de Jerusalén (y sus zapatos)
Un abrazo, Enrique. Así, es un placer estar de vuelta
Mucho cura, sí.
EliminarMenos mal que los veía de uno en uno. Todos juntos (y en fila india para hacerse la foto) sería para perder la cabeza. Jajaja.
El placer es mío, Xibeliuss.
Abrazos!
Por lo visto no le faltó trabajo, y como que pagaban bien. Buena esa hermano y nos alegra que vulevas al ruedo
ResponderEliminarGracias, Alí. Ya terminaron las vacaciones y volvemos a las andadas.
EliminarLa Iglesia, cuando paga, lo hace generosamente. Así que imagino que este encargo le reportaría a Monsieur Petit buenos beneficios.
Abrazos!
Es curioso que sólo tuviese como clientes a miembros del clero. ¿No fotografió a nadie fuera de ese ámbito? Bueno pagadores seguro que sería... o no, porque apelando a su traje talar y a sus sotanas quizás más e uno intentaría sacarlas gratis.
ResponderEliminarUn saludo
Clientes tuvo, y de muy diferentes sectores, pero el conseguir ser fotógrafo oficial del Episcopado le aseguró un cojín económico bastante mullido durante algún tiempo.
EliminarJeje, alguno seguro que no le hubiese pagado, pero como era un encargo desde arriba, no pagaban ellos.
Abrazos, Carmen!
Hola Enrique! Una alegría leerte de nuevo. Interesante fotógrafo, por su especialización, digo, nunca se me hubiera ocurrido fotografiar sacerdotes! Je! Te mando un gran abrazo!
ResponderEliminarGracias, Patzy. Y para mi, una alegría recibir de nuevo tu visita.
EliminarNo fue una especialización exactamente, pero sí un gran encargo por el que, en su momento, pelearían más de un fotógrafo para conseguirlo.
Abrazos!!
Buenos días, Enrique:
ResponderEliminarLlama la atención que Monsieur Petit se recorriera los caminos de Francia para fotografiar a todos estos señores. Más de uno en a principios del siglo XX se hubiera entretenido haciendo estudios de fisiognomía con estos caballeros.
Un saludo y que pases un buen día.