“... Los niños de la foto son mis hijos. El día en el que la realicé aún no estaba seguro de estar en condiciones de tomar fotografías.
Había habido una guerra (hoy parece que ha pasado mucho tiempo desde la Segunda Guerra Mundial) en la que durante mi decimotercer desembarco en el Pacífico, un trozo de metralla había puesto fin al testimonio fotográfico de aquellos acontecimientos.
Dos años de dolor e impotencia siguieron a aquellas múltiples heridas. Fue un periodo en el cual tuve que someter mi desasosegado espíritu a un forzado estado de pasividad, de ausencia de creatividad, mientras los médicos, con sus innumerables operaciones, intentaban reconstruir poco a poco mi cuerpo.
Por fin, aquel día realizaría el esfuerzo de relanzar aquellos dos años de vacío. Aquel día pediría a la cámara que funcionase para mí, obligaría por fin a mi organismo a controlar el mecanismo de la máquina fotográfica y, al mismo tiempo, intentaría obligar a mi espíritu creativo a que retornase de su exilio.
Sentía una presión que me exigía que aquella primera toma resultase lograda –“Dios quiera que tenga fuerzas suficientes para introducir el carrete en la cámara”-. Me encontraba decidido a conseguir que aquella fotografía presentase algo más que una buena realización técnica.
Quería que el tema fuese un delicado momento de expresiva pureza que contrastase con la horrenda barbarie a la que me había enfrentado en mis fotografías de guerra, las últimas que había tomado. (…)”
Paseo por el jardín del paraíso.Autor: William Eugene Smith.
EEUU, 1946.
EEUU, 1946.
Y ésta fue la primera foto de la nueva y prolífica etapa de Eugene Smith tras la de corresponsal de guerra.
Una foto especial.
¡A fe que lo logró! Conocía el fotón, pero no la historia detrás. Me encanta la composición en círculo, los niños descentrados marcando profundidad, el juego de luz y sombra. Grande.
ResponderEliminarUn abrazo, Enrique
Precioso! Encantadora estampa, no me sorprende el titulo de paseo por el jardin del paraiso. Es como un balsamo, la verdadera medicina que cura las heridas que abrio la guerra, y la respuesta a por qué seguir adelante a pesar de todo.
ResponderEliminarCon razon la llama usted una foto especial.
Feliz comienzo de semana, monsieur
Bisous
Muy muy entrañable y de extraordinaria sensibilidad esta primera foto después de su recuperación de Eugene Smith, sin duda la cara mas amable de lo que habia sido su carrera profesional.Me ha encantado esta pequeña historia.
ResponderEliminarUn abrazo Enrique
Certero análisis que haces de la foto, Xibeliuss.
ResponderEliminar¡Cómo se nota el que es fotógrafo de verdad!
Abrazo.
Le costó superar el trauma de la guerra, sí.
ResponderEliminarPero una vez que empezó de nuevo, ya no paró.
Abrazos, madame.
Me alegra que te haya gustado, Arena.
ResponderEliminarAhora, a ver si me animo y expongo algo de su obra (tanto bélica como la posterior a la Segunda Guerra) que merece la pena.
Abrazos de lunes.
¡Por fín sé quién es el fotógrafo de la toma!
ResponderEliminar¿Sabes? Pinté esta foto en acuarela de chimó (color sepia) pero no tenía datos del recorte de periódico de donde me la dieron. Quedó magnífica y la titulé "HUÉRFANOS" pero por fin sé quién la hizo. Le informaré a la propietaria del cuadro. Gracias hermano
Me recuerda a la escena de un cuento, tipo "la casita de chocolate", ¿no te parece? PLasma ahí la inocencia del niño, el camino de la vida iniciado, la esperanza de un mundo mejor.
ResponderEliminarUn abrazo
Encantado que mi entrada haya servido para aclararte el origen de esta bella fotografía que ya conocías. E incluso habías reproducido.
ResponderEliminarAbrazos, Alí.
Opino como tú. Creo que los niños saliendo de la oscuridad hacia la luz representó eso para Eugene Smith: la esperanza de un mundo mejor.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Carmen.
Bienvenida de nuevo a mi ventana.
La foto es preciosa. De las tinieblas a la vida, como Perséfone cuando regresa al mundo.
ResponderEliminarUn saludo.
La fotografía es magnífica, la luz, la composición, la escena, el tema. Sin duda fue una maravillosa forma de volver a empezar.
ResponderEliminarY la historia de su concepción la hace aún mejor.
Gracias por contarla aquí.
Un abrazo.
Sí, Cayetano, algo parecido debía pensar Eugene Smith al realizar la foto.
ResponderEliminarAbrazo.
Una fotografía extraordinaria. Y, como tú bien dices, su valor crece al saber su historia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Maravilhosa!
ResponderEliminarSin duda. Maravillosa imagen.
EliminarAbrazo!